No recuerdo la fecha con
exactitud, pero ahora que lo pienso no existe mucha diferencia entre las cosas
que nos separaron y las que nos unieron.
Estabas ebrio y yo algo cansada,
pero no lo suficiente como para no subir a ver que hacían los chamacos, o
sea tú, tu amigo y mis primos, recuerdo
que platicábamos de maravilla, quería sacarte información según yo, nos tomamos
una foto y de la nada querías besarme, me resistí un poco (pues siempre creí
que eras el amor de su vida de mi hermana y viceversa, siempre te vi como a mi
cuñado perdido), ya sé que tu no lo recuerdas, pero insististe demasiado que
termine cediendo, y no solo fue uno si no dos. Segundos después recibí un
mensaje de lo más patético que pudiera ser. Al siguiente día nos vimos como si
nada y es que así lo sentías tu, pues no te acordabas de absolutamente nada y
tu celular se había descompuesto, maldito destino, por mi parte borre todo y
seguí como si nada, solo fuiste un beso mas al aire.
Semanas o quizá meses después
supiste que algo había pasado, viste la foto, tu amigo te lo conto y tu lleno
de intriga me lo preguntaste terminaste
pidiéndome una disculpa, por dios quien pide disculpas por un beso, pues tú lo hiciste y de nuevo fue como si nada
hubiera pasado; seguí amando, como hasta ese entonces lo hacia, a mi novio en
turno (Dante).
Comenzaste con tus planes de
regresar a vivir con mi tía y por alguna extraña razón me urgía que lo
hicieras, estaba emocionada, esos besos me habían gustado y mis labios pedían
un poco más.
Al fin llegaste, te acompañaban
tus amigos y unas cuantas de tus cosas, te instalaste. Por alguna extraña razón
no solo a mi me excitaba tu llegada, mis primos estaban emocionados, planeamos
salir a donde fuera, el chiste era salir. Por primera vez pude rechazar a Dante
y decirle que ya tenía planes, y eso me hizo muy feliz. Salimos, bebimos un
rato, bailamos (mi primo David y yo) y al fin llegamos a la casa. Mi plan se
cumplió, solo bastaron unas cuantas llamadas (tres para ser exactos) pidiendo
cigarros, y es que al parecer era cuando aun no entendías indirectas, al fin estabas en mi cama, te platique un buen
rato acerca de mi vida y de pronto estábamos tan juntos y sabiendo que todo
podía pasar, nos besamos, me pare como loca por que escuche unos ruidos y si
mas ni menos regrese a besarte, y como dicen una cosa llevo a la otra y
terminamos haciendo lo que una mujer hace con un hombre llámese coger, hacer el
amor, follar,, tirarse un polvo, etc.
Cuentas que después de hacerlo me
puse a gritarte y a decirte pendejada y media (si ya me cogiste y ya, pues a ti
que) la verdad de esa parte solo tengo lagunas. Regresaste al lugar en el que
dormías y no se hablo mas del tema por un par de días hasta que decidí llamarte
para preguntar si te habías cuidado, sabía que no lo habías echo, pero también
sabia que no tenía por qué preocuparme, no habías ni siquiera terminado; la verdad solo buscaba un pretexto para
sacarte el tema, quería saber si se repetiría, o cualquier cosa a cerca de era
buena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario